sábado, 13 de marzo de 2010

Culturas innovadoras 2.0

“Culturas innovadoras 2.0” es el primero de los libros que me he leído para la evaluación de la asignatura. Entre todos los propuestos, ¿porqué lo escogí?, la respuesta es sencilla, era el único que la biblioteca pública de mi barrio me ofertaba. ¿Conformismo? quizá sí, pero justificado. Ya son muchos los libros leídos este curso para la evaluación de otras asignaturas, el presupuesto se agotaba y, cansada de comprar libros por obligación, las ganas de leer por placer aumentaban.

El hecho de que el autor del libro sea el profesor de la asignatura, no me inspiraba confianza…Además tres de los seis libros recomendados tienen intereses directos con su persona; casualidad cuanto menos, sospechosa… Con todo ello, me sumergí en el libro sin esperanza.

Al comienzo el profesor Carrión realiza una excelente metáfora. Defiende la existencia de dos tipos de empresas, la neandertal y la cromañón. Aquella se caracteriza por ahogar el talento y creatividad del trabajador, hundiéndole en una aburrida rutina sin esperanzas de autosuperación. La antítesis a ésta es la empresa cromañón, más humana, sin jerarquías, pero con modelos que potencien la innovación y el inconformismo del trabajador. El libro comenzaba fuerte, empezaba a sacudirme los prejuicios.

El resto del libro transcurre entre frases célebres y divagaciones filosóficas y psicológicas, en ocasiones un tanto pesadas. Como en el capítulo 4, donde se exponen los niveles de conciencia y pensamiento utilizando diferentes colores; amarillo, rojo, naranja (foco en el yo); turquesa, púrpura, azul (foco en nosotros)…aquello más que un modelo desarrollado parecía una orgía de colores. Sin duda, la parte más pesada del libro.

De la lectura he aprendido cosas, la importancia de la cultura organizativa, entre otras. Todas las organizaciones tienen una cultura, una personalidad que, dependiendo de su fuerza, puede ejercer una influencia significativa en las actitudes y comportamientos de los integrantes. Una fuerte cultura organizativa da estabilidad a la organización, pero también puede ser una barrera para el cambio. En este sentido, el autor apuesta por culturas humanistas e integradoras en las que el comportamiento de los líderes y directivos es fundamental para determinar cómo es dicha cultura.

Me parece muy interesante la idea del inconformismo como motor para la innovación y el crecimiento. Carrión defiende la necesidad de personas que cuestionen todo. Como ejemplo, recoge en el libro la sorprendente historia de Richard Feynman, ganador del premio Nobel de física en 1965. Al leerla se hace inevitable extrapolar los conceptos empresariales al mundo de la educación. Me imaginaba cómo sería cuestionar al profesor, cuestionar su manera de impartir las clases, cuestionar sus explicaciones…Ya sentía el libro más cerca.



Innovación, talento, creatividad, liderazgo, cultura organizativa, cambio, inconformismo, empresas, eficiencia, productividad, éxito, competitividad…todos ellos, conceptos que se repiten, y se repiten, y se repiten a lo largo de todo el libro. El autor los desarrolla, desgrana, analiza y cuestiona para finalmente concluir que las organizaciones tienen que dejar de ser pequeñas dictaduras, apostando por organizaciones que se olviden de la jerarquía estricta y el control exhaustivo, empresas que saquen lo mejor de las personas.

jueves, 11 de marzo de 2010

EMPLEADOS EXITOSOS VS EFICACES.

Buscando por la red algún estudio que me sirviera como ejemplo para colgarlo en el blog me encontré con el siguiente.

Fred Luthans y sus colaboradores estudiaron el tema de lo que hacen los empleados desde un punto d vista peculiar: ¿los trabajadores que ascienden rápidamente en una empresa realizan las mismas actividades y con el mismo énfasis que los que hacen mejor su trabajo? En un principio es de esperar que los empleados que son más eficaces en su trabajo también son los que ascienden más deprisa, pero aparentemente no es así como ocurre.

Luthans y sus colaboradores estudiaron a más de 450 trabajadores y encontraron que todos se ocupan de cuatro tareas:

1. Administración tradicional: Toma de decisiones, planeación y control.
2. Comunicación: Intercambio rutinario de información y papeleo.
3. Administración de los recursos humanos: Motivar, disciplinar, manejar conflictos, etc.
4. Establecer redes: Socializar tratar y relacionarse con gente de fuera.

El trabajador medio del estudio dedicaba el 32% de su tiempo a las actividades administrativas tradicionales, 29% a comunicarse, 20% a las actividades de la administración de los recursos humanos y 19% a establecer redes sociales. Sin embargo, el tiempo que cada empleado dedicaba a cada tarea variaba considerablemente. En concreto, los trabajadores exitosos (definidos así por la rapidez con la que ascendían) enfocaban su tiempo su tiempo de manera muy distinta a los trabajadores eficaces (definidos por la cantidad y calidad de su desempleo). Entre los primeros el establecimiento de redes sociales comprendía la mayor aportación relativa al éxito, en tanto que las actividades de administración de recursos humanos daban la menor contribución. Entre los trabajadores eficaces, la comunicación tuvo la proporción mayor y el establecimiento de redes la menor.

Este resultado arroja dudas sobre la suposición habitual de que los ascensos se basan en el desempeño e ilustra la importancia que tienen las habilidades sociales para avanzar en la empresa.

sábado, 6 de marzo de 2010

Aldea Global

Las organizaciones ya no están limitadas por fronteras nacionales. Burger King pertenece a una empresa inglesa y Mc Donald’s vende hamburguesas en la Guayana Francesa. Los nuevos empleados de Nokia, fabricante de teléfonos con sede en Finlandia, proceden cada vez más de la India, China y otros países en desarrollo, al grado de que ahora los trabajadores extranjeros superan a los finlandeses en el famoso centro de investigación de Nokia en Helsinki. Ahora, los principales fabricantes de automóviles construyen sus unidades fuera de sus fronteras; por ejemplo, Honda arma coches en Ohio, Ford en Brasil y tanto Mercedes como BMW en Sudáfrica. Estos ejemplos ilustran que el mundo se ha convertido en una aldea global.


Los empleados deben ser capaces de trabajar con personas de culturas distintas. La globalización afecta las habilidades de trato con la gente de los trabajadores. Cada vez hay más posibilidades de recibir un puesto en el extranjero, una vez allí, el empleado se enfrentará con una fuerza de trabajo que probablemente sea muy distintas. Incluso trabajando en su propio país, aumentan las posibilidades de trabajar con jefes, compañeros y otros empleados que nacieron y crecieron en culturas diferentes. Para trabajar bien deberá comprender su cultura y adaptarse a esas diferencias.

Las organizaciones se han hecho, progresivamente, más heterogéneas y el reto que se plantean es dar mejor cabida a los diversos grupos de personas. Tienen que cambiar su filosofía de tratar a todos por igual y reconocer las diferencias, respondiendo a ellas de forma que se aumente la productividad sin discriminación. Si la diversidad se maneja bien, puede aumentar la creatividad y la innovación de la organización, además de mejorar la toma de decisiones al introducir diferentes puntos de vista.